Vertido cero, más posidonia
El vertido cero regenera la posidonia en toda la Costa del Sol
No dejan de llegar noticias positivas derivadas del largo periodo de sequía cuyo punto de inflexión quedó establecido a principios de la pasada primavera.
La reducción de los vertidos de aguas residuales al mar, como consecuencia del reaprovechamiento de los caudales procedentes de las depuradoras en agricultura, riego de campos de golf o lavado de calles y avenidas, también se deja notar en los fondos marinos de toda la Costa del Sol.
Así lo han constatado científicos de la Universidad de Málaga al observar la evolución de las cuatro grandes praderas de posidonias existentes en Mijas; Cabopino, en Marbella; Maro-Cerro Gordo, en Nerja, y Estepona.
Agua regenerada
En efecto, frente a tantas y tantas dificultades que la falta de precipitaciones ha generado durante los últimos años para infinidad de familias en Málaga, el nuevo escenario propuesto para aprovechar al máximo esas aguas regeneradas beneficia y mucho a unas plantas submarinas que llegaron a poblar todo el litoral malagueño al completo.
El doctor en Ciencias y director de la cátedra de Ciencias del Litoral Costa del Sol en la propia UMA, Francisco Franco, destaca que las praderas de posidonia oceánica frente a las costas mijeñas son las mejor conservadas.
«Esta zona difiere de las restantes, que han sufrido una gran recesión durante décadas», expresa. Las praderas existentes en Mijas forman parte de la Zona Especial de Conservación (ZEC) Calahonda, «que incluye esta área marina de gran valor ecológico», argumenta.
En el inventario actualizado figuran hasta cuatro zonas donde estas poblaciones persisten y «están siendo objeto de protección».
Y subraya los ecosistemas de Punta de Calaburras y las calas existentes en Calahonda, dentro del municipio mijeño; además de las praderas de Cabopino, en el término marbellí; las de El Saladillo y Punta de Plata, en el esteponero; y en Nerja, las del Paraje Natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo.
Trasplantes de posidonias
Franco avanza, que en colaboración con Hidralia, actualmente se desarrolla en la UMA un proyecto de investigación, «que ha sido un éxito en sus primeras fases, y que va a permitir la generación del conocimiento científico adecuado, sobre el que se podrá plantar praderas en los fondos marinos de la Costa del Sol».
Esta iniciativa prevé propiciar el trasplante de plantas, «que previamente se han criado en un invernadero del Ayuntamiento de Rincón de la Victoria, en los acantilados del Cantal, con el objeto de proteger la biodiversidad de esos fondos. Con este conocimiento científico podremos trabajar en otras zonas en recesión del litoral de la Costa del Sol», expresa este experto en la evolución de los fondos marinos malagueños.
Refugio de especies marinas
Como relata a este periódico, el caso de Mijas, con praderas bien conservadas, es significativo por constituir «un importante refugio de especies marinas, generando una biodiversidad importante».
Y alega que también son un importante sumidero de CO₂, pues atrapan los «sedimentos arcillosos que están en suspensión, logrando que las aguas puedan mostrarse más transparentes».
Fuente: La Opinión de Málaga


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