Estación de seguimiento de la posidonea

Instalan en Calahonda la novena estación de seguimiento de la posidonea oceánica en Málaga

«Fija el carbono en mayores proporciones que un bosque mediterráneo de la misma dimensión; mitiga el calentamiento global y retira dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera; es guardería de alevines de especies con valor comercial como doradas, meros, cabrillas, herreras y, ocasionalmente, salmonetes; mitiga la erosión costera; y tiene un marchamo de calidad porque requiere aguas limpias».

Las propiedades ‘mágicas’ las tiene una planta (fanerógama) marina que es tan «única en el mundo» como «endémica» de las aguas mediterráneas y que responde al nombre de posidonea oceánica, y quien habla es Elena Bañares, profesora titular del Departamento de Botánica y Fisiología Vegetal de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga (UMA), que acaba de participar en la instalación de una estación de seguimiento de esta especie que se dispone en praderas y que está considerada el ser vivo más antiguo del planeta.

La estación, bautizada como POS_39, ha sido instalada en un punto próximo a la torre de Calahonda, en Mijas, y es la trigésimo novena de Andalucía y la novena que se coloca en la provincia de Málaga en el marco de POSIMED, un programa de seguimiento de praderas de posidonea oceánica impulsado por la Junta de Andalucía.

En el caso de POS_39, el trabajo se hace con la participación de Produnas, una asociación nacida para preservar, proteger y restaurar las últimas dunas que quedan en Marbella de lo que un día fue un intacto cordón dunar desde Cabopino hasta río Real, pero que ha llegado a descubrir praderas de esta especie no conocidas.

La frontera occidental

El paraíso andaluz de la posidonea oceánica está en el Cabo de Gata, donde las extensiones de estas fanerógamas marinas se cuentan por hectáreas. «Almería concentra el 99 por ciento de la posidonea oceánica de Andalucía», precisa Bañares, pero el valor de las praderas malagueñas es que se encuentran en que están situadas en su límite oeste de distribución, en unas aguas de evidente influencia atlántica.

«La estación medirá la densidad y la cobertura de la pradera para ver si se hay variaciones y cuál es su estado de salud, porque igual que cuando en un campo de fútbol vemos que hay una zona de barro y eso nos dice que el césped no está bien, en una pradera de posidonea ocurre lo mismo», explica la profesora de la UMA.

El dispositivo registra también, por ejemplo, si se producen fenómenos de floración o si una sedimentación cubre la pradera.

ProDunas

De la «supervisión» de la estación, de la toma de datos y del seguimiento «continuado» se encargará Produnas, «asegurando que este punto de control funcione correctamente y aporte información clave para la conservación», apuntan desde la asociación, que ha celebrado la llegada de POS_39 como «un paso importante para el seguimiento y protección de las praderas marinas de nuestro litoral».

Lo harán buzos voluntarios de manera manual. Los datos se introducen en unas tablas que validan los expertos y que forma parte de un proceso en el que colaboran la Junta de Andalucía y la asociación Hombre y Territorio.

La información obtenida por la red POSIMED, que lleva casi 30 años funcionando y que recoge datos desde 2009, «ayuda», como apunta Bañares, «a la gestión y a la conservación de esta especie» que contribuye a la salud del planeta y de nuestras costas.

Fuente: Diario SUR