Incineradoras en Málaga
Málaga ya trabaja en grandes incineradoras por la prohibición de enterrar basura en los vertederos
Las exigencias de la Unión Europea en materia de gestión de residuos son muy estrictas y tienen calendario. De ellas, deriva, por ejemplo, la imposición de que los ayuntamientos repercutan todo el coste de recogida y tratamiento en los recibos de basura.
Pero también la restricción máxima de la que acaba enterrada en vertedero, actualmente sujeta también a un impuesto. En la provincia de Málaga, al marco legal se le suma que los vertederos están agotando su vida útil. Y eso ha hecho que empiecen a plantearse incineradoras que, además, generen energía.
El mapa provincial
Hablamos de grandes instalaciones con grandes costes (pueden llegar a alcanzar horquillas de entre 200 y 300 millones de euros, según capacidades). Pero no es su coste lo que más preocupa a las autoridades: son los exhaustivos trámites ambientales que deben pasar.
Y eso que no se trata de esas plantas humeantes que puedan estar en el imaginario colectivo. Es más, en algunos países europeos son obras arquitectónicas destacadas e incluyen equipamientos como rocódromo, espacios públicos o zonas deportivas.
Diputación marca el paso
En la provincia, los tres centros ambientales principales son Los Ruices (Limasam, Ayuntamiento de Málaga), Casares (gestionado por Urbaser para la Mancomunidad Occidental) y Valsequillo (en el que lo hace la misma empresa con FCC, para la Diputación).
Luis Rodríguez es diputado provincial y presidente del Consorcio de Residuos. La institución provincial es, con la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental, la que antes ha movido ficha con esta necesidad: «En las mesas de residuos se ha puesto sobre la mesa la instalación de estas plantas de valorización energética, que es su nombre técnico».
10% como objetivo
Desde el ente provincial, consideran una oportunidad tramitarlas dentro de los terrenos que ya conforman los centros ambientales. Lo contrario multiplicaría los trámites, pero ahora mismo no se descarta nada.
Rodríguez avanza que aprovechando el conocimiento técnico de Urbaser y su presencia en Casares y Valsequillo (Antequera) se está trabajando ya en afinar propuestas. Pero advierte de la necesidad de tener un mapa andaluz.
El objetivo para el diputado es que estás plantas acerquen a Málaga al objetivo europeo que no es otro que aumentar el reciclaje. Y, de lo no reciclado, la fracción resto, sólo haya que enterrar, tras un cribado, apenas un 10%.
Rodríguez asegura que, además, esto permite ampliar los años de vida de los vertederos. En Los Ruices, agota su capacidad. Ha habido problemas de tramitación para un gran vaso nuevo y se ha optado por ampliar el existente.
«Si nosotros instalamos una en Valsequillo, podríamos dar servicio a al menos parte de Córdoba», insiste en relación a la necesidad de una visión global.
Y pone el ejemplo de Cataluña, en donde existe un agencia específica. «Allí está la planta de Mataró, que está a 150 metros de la playa y hay una universidad cerca. Aquello está impoluto, ni te das cuenta de que está allí», incide.
En este punto refiere ejemplos de infraestructuras avanzadas como la de Sogama, en Galicia. «Allí el transporte de los residuos se hace por tren», ejemplifica para indicar que también es una oportunidad de eliminar tráfico de las carreteras.
Energía desde residuos
De este modo, la Diputación lleva tiempo trabajando en estas plantas de cogeneración que permitan eliminar los residuos no reciclables, generar energía verde y abaratar la factura energética para la ciudadanía.
El presidente provincial, Francisco Salado, y el de la Mancomunidad, Manuel Cardeña, estuvieron el mes pasado visitando dos instalaciones de este tipo en Lincoln y Buckingham (Reino Unido).
Otro apunte interesante a juicio de Rodríguez es el movimiento económico en torno a estas plantas: «Sólo con el ICIO los ingresos podrían moverse entre 20 y 30 millones de euros para los ayuntamientos».
Óscar Naranjo, director de Tratamiento de Urbaser en Andalucía, explica a diario SUR algunas claves de futuro. De entrada, valora que sea un asunto que ya esté en la agenda técnica y política.
El próximo 20 de noviembre habrá unas jornadas de economía circular en las que ya avanza que se va a poner el asunto en firme encima de la mesa.
Planificación y estudios
Este experto ofrece varias claves. La primera es el estado de la cuestión: estudios previos. Se trata de determinar cuántas plantas y con qué capacidades se deberían emplazar en la provincia.
Alude al antiguo Plan Director de Residuos que, en síntesis, cifraba en una decena de ellas las necesarias en toda Andalucía. El actual programa pasa más de puntillas.
Sobre las ubicaciones, ve clave estudiar exhaustivamente el transporte. El trasiego de vehículos pesados puede no hacer rentables todas las agrupaciones de servicios.
Por ejemplo, el Campo de Gibraltar y la Costa podrían tener un servicio conjunto, pero este punto complica mucho las cosas.
Naranjo asevera que el nombre más adecuado para estas instalaciones entronca con el concepto de valorización. Es el rechazo de la fracción resto que va al vaso de vertido, el que somete a procesos físicos y químicos (turbinas, gases, etc.) para ser quemado y producir una energía que es muy superior a la que los propios centros ambientales necesitan. Y ahí radica la rentabilidad de la inversión: en la venta de electricidad.
El representante de Urbaser subraya que es una tecnología madura, eficaz y cuyos efectos ambientales se controlan perfectamente y alude a la experiencia de la empresa.
Este diario ha solicitado información al Ayuntamiento de Málaga sobre sus planes al respecto. De momento, no han sido aportados. Sin embargo, otras fuentes apuntan a que la capital estaría estudiando otra fórmula menos implantada aún para valorizar sus residuos.
Fuente: Diario SUR