Usos para tu viejo móvil
Ocho usos que puedes darle a tu viejo móvil
Según la GSMA, asociación que comprende a un millar de compañías de telefonía móvil, existen más de 5.000 millones de estos dispositivos abandonados en los cajones de medio mundo.
Se trata de aparatos anticuados que sus propietarios conservan sin motivo alguno, más allá de la pereza que les suscita venderlos o desecharlos.
La cifra, de hecho, podría ser incluso mayor: corresponde al verano de 2023, cuando la asociación reveló su plan para fomentar el reciclaje de smartphones a través de programas de devolución específicos, articulados mediante las principales operadoras de cada país.
¿Su objetivo último? Que para 2030 el 100% de los teléfonos ‘rescatados’ se reparen o desmonten (aprovechándose sus materiales en nuevos procesos de fabricación).
Valor
A este último respecto, la GSMA estima que esos 5.000 millones de móviles vetustos equivalen a 100 toneladas de oro, 500 toneladas de plata y 50.000 toneladas de cobre.
Todo ello con un valor estimado de 8.000 millones de dólares y sin considerar el cobalto intrínseco, que permitiría fabricar 10 millones de vehículos electrificados.
Las utilidades que no sospechabas
A la espera de conocer si los planes de la asociación prosperan (lo que tendría un impacto más que positivo en el medio ambiente), y siempre que no estemos preparados para deshacernos de nuestro viejo móvil, aquí van algunos usos prácticos que seguramente no hayamos contemplado:
- Altavoz inteligente: Emparejar un altavoz bluetooth al teléfono nos permite usar su asistente (Alexa, Assistant, Siri…) mediante la voz, lo que en la práctica equivale a adquirir un dispositivo Google Home, HomePod o Amazon Echo. Siempre que tengamos ambos aparatos permanentemente conectados, podremos consultar el pronóstico del tiempo, la cartelera o el estado del tráfico en nuestra ruta hacia el trabajo.
- Reproductor multimedia: La reproducción de música y vídeo mediante aplicaciones de streaming supone uno de los usos que más batería consumen al cabo del día. Por esto mismo, es buena idea tirar de nuestro viejo móvil durante los trayectos en transporte público (previa descarga de los contenidos que nos interesen bajo una conexión WiFi).
- Mando a distancia: La mayoría de aparatos que tenemos por casa pueden controlarse mediante una aplicación para el móvil (tan solo deben compartir la misma red inalámbrica). Esto se antoja ideal si, por ejemplo, hemos perdido el mando del televisor y no estamos dispuestos a comprar otro. Los móviles más antiguos también cuentan con sensor de infrarrojos, que permite controlar el volumen o cambiar de canal usando apps específicas.
- Cámara de vigilancia (o vigilabebés): ¿Te gustaría proteger tu hogar pero no quieres gastarte cientos de euros en una cámara de vigilancia al uso? Basta desempolvar tu viejo smartphone y colocarlo en una base de carga con su cámara principal apuntando hacia la puerta de casa (o cualquier otro punto sensible). Después instalaremos en el móvil de uso cotidiano alguna de las muchas aplicaciones que permiten visualizar las imágenes, activar el flash e incluso reproducir sonidos de alarma sin importar dónde nos encontremos.
- En las tiendas de aplicaciones también encontramos herramientas diseñadas para monitorizar a los bebés. Requieren dos móviles (en nuestro caso, el viejo hará las veces de emisor) y envían alertas al principal cuando se detecta movimiento o llanto.
- Reloj despertador (y marco de fotos digital): La inmensa mayoría de los mortales usa ya su teléfono para despertarse. ¿Y si colocamos un móvil antiguo en la mesita de noche para que muestre la hora y cumpla dicha función? Es un buen método para dejar el smartphone nuevo fuera de la habitación durante el tiempo de descanso, lo que evitará que trasnochemos haciendo ‘scroll’ en la pantalla.
- Junto a la hora podemos programar también la reproducción automática de una galería de imágenes, de forma que el aparato se convierta en un marco de fotos digital con nuestros recuerdos más preciados (habrá quien prefiera colocarlo en el salón o en el recibidor).
- Centro de control domótico: Si tenemos bombillas o estores inteligentes por casa (entre otros aparatos, como un termostato, el televisor o la cafetera), no es mala idea anclar un móvil secundario a la pared mediante un soporte. Desde éste podremos controlar toda la domótica sin depender del teléfono principal. Además, dichas funciones suelen resultar compatibles con los comandos de voz, lo que conecta esta utilidad con la del altavoz inteligente que comentábamos.
- Navegador para el coche: Para muchos, conducir sin la aplicación del GPS conectada resulta ya imposible. Por contra, Maps y compañía se beben la batería del móvil a un ritmo alarmante. ¿Por qué no usar un segundo móvil para este fin? No importa que no tengamos WiFi en el coche o tarjeta SIM en el terminal: apps como la de Google permiten descargar cualquier mapa para consultarlo sin conexión.
- Consola de videojuegos: Los más jóvenes de la casa suelen heredar los teléfonos que sus padres ya no usan. Muchas veces sin planes de datos de por medio, ya que los convierten en improvisadas consolas de videojuegos. Basta instalar alguno de los emuladores disponibles en la Play Store para disfrutar de numerosos juegos clásicos. Para redondear la experiencia podemos vincular un mando por Bluetooth y acoplarlo al móvil mediante un adaptador específico.
Fuente: Diario SUR