Tesoros de los ríos de Marbella
Libélulas y nutrias, algunos de los tesoros protegidos de los ríos de Marbella
La ciudad de Marbella cuenta con cuatro ríos declarados Zona de Especial Conservación (ZEC) de la Red Narura 2000: río Verde, río Guadaiza, río Guadalmina y río Real con ricos tesoros naturales.
Todos juntos suman, a su paso por el término municipal, 17,56 kilómetros y unas 100 hectáreas de cauce protegido. La principal especie que se tuvo en cuenta a la hora de declarar estas ZEC fue la nutria, con poblaciones estables en las cuatro cuencas. Sin embargo, el biólogo Diego Rodríguez señala que hay otras especies amenazadas, como las libélulas.
Rodríguez está especializado en la fauna de río, desde los mamíferos hasta los insectos y los peces. Su labor se desarrolla fundamentalmente en la Costa del Sol y ahora participa en el proyecto de ‘Análisis integral de los ríos ZEC de Marbella’ puesto en marcha por la asociación Marbella Activa que ha sido seleccionado dentro de la convocatoria de ayudas para el apadrinamiento de espacios naturales del proyecto Libera.
El biólogo explica que estos ríos protegidos «deberían tener unos planes de gestión que miren por la conservación de sus valores ecológicos. Lo que queremos comprobar es hasta que punto se está haciendo bien en nuestro municipio». De momento, ha realizado algún muestreo por su cuenta para ir preparando los trabajos y planificar la metodología.
Especies invasoras
El estudio se va a desarrollar hasta el verano. La primera fase va a ser la de muestreo que «consistirá en recorrer el tramo de río que discurre por el término municipal marbellí y ver qué clase de problemas hay», comenta. Los más habituales son «la presencia de especies invasoras, sobre todo vegetales; zonas de concentración de basura, incluidos los residuos procedentes de la poda; pero también plásticos y botellas, como en el Río Verde a la altura del Ángel; pérdidas en la red de fecales que queremos identificar y mandar a un laboratorio las muestras de agua; y saber si se está respetando el caudal mínimo ecológico», detalla.
Una vez se obtengan todos los datos se realizará un informe detallado que irá acompañado de las propuestas para la mejora de la gestión y conservación de estos espacios.
Presas
Rodríguez apunta que «en función de la normativa en vigor, los ríos deben tener un caudal mínimo ecológico que permita el mantenimiento de su biodiversidad». «Pero entre las presas (todos menos río Real están represados para abastecer al Pantano de la Concepción) y las tomas de agua para riego, normalmente hay tramos en los que no hay caudal. Eso supone un problema para las especies que dependen del agua», especifica.
Ejemplo de ello son las libélulas que necesitan del agua para reproducirse porque la larva pasa más de un año en el líquido elemento. La ausencia de cauce en algunas zonas provoca su desaparición en esas áreas. De hecho, algunas están en peligro de extinción.
Respecto a los mamíferos, el biólogo especifica que «lo que tenemos aquí son nutrias que se están adaptando bastante bien a los ambientes urbanos. Siempre que haya un poco de agua en pozas aisladas les va a servir para seguir manteniendo su población a lo largo del río».
Las grandes perjudicadas por las transformaciones humanas han sido las anguilas porque «son una especie que necesita volver al mar para reproducirse y que viene del mar cuando están en la fase de angula». Rodríguez recuerda que «cuando se hicieron las presas del Guadalmina y del Guadaiza para desviar parte de su caudal, eso no se tuvo en cuenta». Junto a ellas, los peces en general son los peor parados.
Soluciones
El especialista aboga por un trabajo coordinado por parte de todos los municipios por los que discurren estos ríos con la supervisión de la Consejería de Medio Ambiente para asegurarse de que hay un trabajo conjunto de conservación de las ZEC y de todos los valores que justificaron en su día su declaración como tales.
Considera que «la principal labor sería la de mantener un caudal ecológico y controlar las especies invasoras, sobre todo, las de flora, ya que erradicar las de fauna una vez están asentadas, como el cangrejo rojo americano, es muy difícil. Pero las de flora, como la mimosa que invade parte del cauce del Río Verde, o las cañas, se pueden quitar y dejar que se desarrollen las nativas como el sauce, la adelfa o el taray».
Además, entiende que todavía se puede hacer bastante en concienciación: «Tenemos unos ríos que con poco que se cambiase la gestión iban a dar mucho juego en el aspecto medioambiental. Tienen nutrias, tienen una serie de libélulas en peligro de extinción y blenios de río (un tipo de pez de agua dulce)».
Por eso, tras esta primera etapa, Marbella Activa prevé proponer en la siguiente convocatoria una segunda fase del proyecto centrado en promover la prevención y participación ciudadana, en la que se pueda concienciar sobre el valor de las cuatro ZEC y sus problemáticas a su paso por el municipio. «La idea es que la ciudadanía se implique», resume Rodríguez.
Fuente: Diario SUR