La sierra de Mijas aspira a parque natural
La sierra de Mijas y Alpujata, que aspiran a ser parque natural, ha sabido a reponerse en las últimas décadas a terribles incendios y a la explotación de minas y canteras
La sierra de Mijas y Alpujata aspira a convertirse en parque natural. La resiliencia hecha montaña. Ni las extracciones de minerales y áridos ni los incendios han conseguido mermar el rico ecosistema que aguarda en las sierras de Mijas y Alpujata. Es decir, el macizo montañoso que hoy comparten municipios como Mijas, Monda, Coín, Alhaurín de la Torre, Alhaurín El Grande, Ojén, Torremolinos, Benalmádena y Churriana (Málaga).
La cabra montés, el abejaruco, las orquídeas o sus bosques de pinos son algunos de los motivos que hacen de este complejo serrano un lugar idóneo para disfrutar de la naturaleza.
Lo mejor es hacerlo a través de sus numerosas rutas de senderismo, que permiten conocer la riqueza ecológica de esta zona, que hoy aspira a convertirse en un nuevo parque natural para la provincia de Málaga.
Desde Mijas, Torremolinos, Alhaurín el Grande o Coín parten algunas de las rutas más trepidantes que permiten conocer un auténtico vergel mientras que se disfruta de una actividad saludable y al aire libre.
Flora y fauna
La diversidad de especies animales que se pueden encontrar hoy en esta zona montañosa de la zona occidental de Málaga es una de las grandes bazas para postularse como futuro parque natural. Entre ellas, se cuentan por decenas las que están protegidas especialmente por la legislación nacional o autonómica, pero también las que están amenazadas. Respecto a la fauna, en el complejo de las sierras de Mijas y Alpujata sobresalen por su abundancia las aves.
Hay hasta 135 especies distintas, entre las que nidifican y las que sólo pasan parte del año. Entre ellas, están el chotacabras, el abejaruco, el martín pescador, el pico picapinos, el petirrojo, el búho chico, el cernícalo o el águila calzada. Entre los mamíferos, hay también cierta variedad. Los de mayor tamaño son la cabra montés, la nutria paleártica, el tejón, la gineta o la comadreja.
También hay reptiles, como el camaleón común, el galápago leproso o el lagarto ocelado; anfibios, como la salamandra común, el sapillo pintojo o el sapo corredor; y peces, como el barbo gitano.
Además, hay allí 22 asociaciones vegetales que requieren de una protección especial por la legislación europea. A ello hay que unir más de una treintena de especies amenazadas. Sin salir de ese territorio que componen las sierras de Mijas y Alpujata, hay una gran variedad paisajística. Así, el posible parque natural alberga desde montes mediterráneos a alcornocales o espartales. Entre las especies más protegidas, están también sus orquídeas.
Valor geológico
También es interesante desde el punto de vista geológico, ya que tiene mármoles dolomíticos, que conforman un karst que almacena abundantes recursos hídricos, tiene peridotitas. Gracias a ello, esta zona de la provincia goza de paisajes tan variados como extraordinarios, cuevas de cierta relevancia e importantes acuíferos y manantiales.
La riqueza geológica no ha pasado desapercibida a lo largo de los últimos siglos. De hecho, en la zona no sólo ha habido importantes canteras de áridos, sino también minas de las que se extraían hierro, plomo, níquel o talco. No en vano, esta zona fue en su día coto minero y podría ser una importante reserva para extracciones en el futuro.
La situación estratégica de las sierras de Mijas y Alpujata, entre el interior y el Mediterráneo, su propia riqueza geológica y su biodiversidad han hecho que durante milenios haya sido un territorio muy humanizado, del que se han sacado recursos naturales para el desarrollo y sustento de la población. Gracias a ello, hay numerosos vestigios que hoy se conservan en la zona, como antiguas minas, lagares, cortijos, albergas, acequias o molinos.
Fuente: Diario SUR